Yammine: Yammine: ¿Puede la tecnología automotriz ser ambientalista?

¿Será posible que la industria automotriz sea ambientalista? y ¿que exista una tecnología automotriz amiga del ambiente?

Es posible que la industria automotriz y su tecnología aproveche los avances además para su rentabilización en el mercado y responder a las exigencias de los clientes que minimice cada vez más los efectos contaminantes de su producción mediante la innovación de algunas técnicas como:

• Uso de pintura en las armadoras a base de agua y no de solventes que representan un grave riesgo a la salud humana;

• Reducción del tiempo de ensamble en los procesos de manufactura depuración y mejoramiento para reducir el consumo de energía y que en consecuencia exista menos contaminación;

• Adopción del concepto de clúster, es decir, compartir instalaciones y servicios, conjunto de empresas pertenecientes a diversos sectores, ubicadas en una zona geográfica limitada, interrelacionadas mutuamente en los sentidos vertical, horizontal y colateral en torno a mercados y tecnología;
• Optar por los servicios electrónicos y evitar el uso de papel para imprimir y copiar;
• También que distribuidoras de autopartes y armadoras compartan el transporte de vehículos terminados a sus centros de distribución y venta para reducir la emisión de contaminantes.

Todas estas y otras estrategias pueden promover la reducción del impacto ambiental, opciones y respuestas que deben ser una forma de vida, deben ser la adopción de una nueva cultura.

Así, si queremos salvar el planeta deberemos hacer de la reducción del impacto medioambiental una forma de vida, empeñándonos por hacer del planeta un lugar más limpio, que no sea afectado por el impacto de la civilización y poner de moda iniciativas para reducir la huella ecológica, aprovechando los recursos, reutilizando los desperdicios y minimizando la contaminación.

La industria automotriz puede reducir la huella ecológica, es decir el indicador del impacto ambiental que es generado por la relación entre la demanda humana de los recursos existentes versus la capacidad ecológica de la Tierra de regenerarlos nuevamente.

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